lunes, 31 de enero de 2011

La lagunilla del Yelmo.

Bloques de curiosas formas rodean la Lagunilla

                Este joven blog pretende tratar básicamente, como su título dice,   acerca de viejas historias de la sierra, pero también quiere hacer un huequecito para esos lugares serranos singulares. Uno de los que merecen ese apelativo de "singular", o al menos  eso  me parece a mi,  es la lagunilla del Yelmo. En todo caso también me ha dado por indagar un poco, en busca de  antiguas informaciones sobre este paraje pedricero y no he encontrado nada realmente. Ni en la prensa, ni en las crónicas de antiguos excursionistas, salvo error u omisión, aparece información alguna. Esta ausencia de noticias,   hace todavía más interesante a este lugar subrayando de esta manera su carácter solitario y escondido, tan solo conocido antaño, suponenos,  en lo que a la especie humana  se refiere (por que cabras hay a patadas) , por los pastores de la comarca. Hoy en día es diferente claro.  
Otra imagen de la Lagunilla.


Parece la huella de un pollo gigante

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             Y es que la lagunilla del Yelmo  cumple con todos los requisitos necesarios para formar parte  de un hipotético catálogo de lugares serranos curiosos.  Primero, por la propia belleza del paraje. El contraste entre el granito y el agua remansada es cuanto menos singular, y un gurú de la moda podría decir  que  combinan muy bien, acompañando perfectamente uno al otro. Encajadas sus aguas entre los bloques de granito y  situadas en la esquina de un pequeño rincón pedricero, una especie de jardín serrano, posee la lagunilla la belleza de un lugar secreto.  Belleza con fecha de caducidad , ya que la pequeña laguna no aguanta la terrible solanera pedricera y sucumbe a final de primavera para volver a emerger en Otoño. No importa, si un día la vemos seca la querremos igual.


        Otro factor que lo hace particular es su singularidad  y es que si ya de por si las lagunas en la sierra son escasas, mayor resulta su extrañeza en la Pedriza, donde el agua, dejando aparte los cursos de los ríos, se almacena normalmente en las  minúsculas oquedades  que la erosión va oradando  en los bloques  de granito. Y otro rasgo que lo hace un lugar único es que pese a su cercanía con una de las vías mas transitadas de la Pedriza y que dirige a lo que es quizás su elevación más emblemática, el Yelmo, se mantiene, relativamente, claro está, solitario y desconocido.

Desde aquí el Yelmo se ve muy bien.

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